
El Unión Molinense, modesto pero apasionado club del fútbol español, ha vuelto a dar una lección de gratitud y pertenencia al renovar el vínculo con uno de sus personajes más entrañables: Pedro García, el utilero que ha acompañado al equipo por más de una década y que ahora continuará en el cargo una temporada más.
La noticia fue compartida por el club con el entusiasmo que se reserva normalmente para una figura del primer equipo. No es para menos: cada año, la renovación de Pedro se convierte en un momento simbólico para jugadores, directivos y aficionados. Su trabajo silencioso y constante lo ha convertido en una pieza fundamental del vestuario.
Con más de diez años de servicio, Pedro ha visto pasar generaciones de futbolistas, entrenadores y dirigentes. Siempre presente, siempre atento, ha sido testigo de ascensos, derrotas, celebraciones y días difíciles. Pero lo que nunca ha cambiado es su entrega absoluta al escudo y su actitud de apoyo incondicional.
El club, a través de sus redes sociales, compartió imágenes y mensajes donde se celebra su renovación con el humor y respeto que merece: como si se tratara del fichaje de una estrella. Es una tradición que ha ganado eco en cada temporada y que refuerza los valores de cercanía y comunidad que defiende el Unión Molinense.
«Es uno de los nuestros, parte de la columna vertebral del equipo», se lee en uno de los mensajes del club. Y es que el trabajo de los utileros, muchas veces invisible, sostiene en silencio el funcionamiento diario de cualquier institución deportiva. En este caso, Pedrito —como lo llaman con cariño— se ha ganado su lugar en la historia del club.
Mientras los reflectores suelen apuntar al césped y a los goleadores, en Molinense saben que hay otros héroes que también merecen aplausos. Por eso, la renovación de Pedro García es más que una anécdota: es un homenaje vivo a la lealtad, la humildad y al amor por los colores.
