La construcción de casetas de peaje en tramos donde aún no se ha concluido la doble calzada ha generado malestar entre conductores y habitantes de la zona. Para muchos, el hecho de que se instalen sistemas de cobro antes de finalizar las obras pone en evidencia una desconexión entre las necesidades reales de movilidad y las decisiones contractuales o administrativas del proyecto.
“¿Cómo es posible que ya nos quieran cobrar por una vía que no está lista? Nos toca seguir transitando por una carretera a medias, con desvíos y zonas sin pavimentar”, comentó un conductor habitual de la ruta, quien expresó su preocupación por la falta de claridad en los tiempos de entrega.
Aunque las entidades responsables han asegurado que la instalación de casetas forma parte del cronograma de ejecución del proyecto, líderes comunitarios y usuarios frecuentes reclaman mayor transparencia sobre el avance real de las obras y la fecha en que se entregará la vía en su totalidad.
Expertos en infraestructura han advertido que si bien legalmente puede avanzarse en componentes como el recaudo, resulta contraproducente socialmente iniciar cobros sin garantizar una mejora visible en la calidad del servicio vial.
Organizaciones civiles ya han solicitado a la ANI (Agencia Nacional de Infraestructura) y al Ministerio de Transporte que revisen los cronogramas y comuniquen de manera clara cuándo comenzará efectivamente a operar el peaje y en qué condiciones.




