Patrimonio en riesgo

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Sandra Hernández, vicepresidenta del barrio Santander de la comuna 10 de Neiva, levantó la voz frente al abandono en el que, según afirma, se encuentran los humedales del municipio y su zona rural. Estos ecosistemas, vitales para el equilibrio ambiental y la regulación hídrica, han sido víctimas del crecimiento desordenado de la ciudad, la falta de planificación y la indiferencia institucional.

Ecosistemas olvidados

Hernández cuestionó la inacción de las autoridades municipales, que durante años han anunciado proyectos de protección sin resultados visibles. “Hablan de conservación, pero seguimos viendo basuras, escombros y construcciones ilegales alrededor de los humedales”, señaló la dirigente comunitaria. Para la vicepresidenta, la falta de control y vigilancia solo evidencia el desinterés político frente a un problema que compromete la calidad de vida de las futuras generaciones.

Consecuencias

La dirigente advirtió que el deterioro de los humedales impacta directamente en el abastecimiento de agua, el control de inundaciones y la biodiversidad del municipio. Vecinos de varios sectores reportan malos olores, proliferación de plagas y pérdida de especies, lo que convierte la problemática ambiental en un asunto de salud pública. “Estamos hipotecando el futuro de Neiva mientras la Alcaldía se queda en diagnósticos y promesas”, recalcó Hernández.

Exigen un plan inmediato

Los líderes comunitarios reclaman un plan serio de recuperación y protección, con presupuesto, cronogramas claros y participación de las comunidades. De lo contrario, advierten, la destrucción de estos ecosistemas continuará acelerándose. En medio de la crisis climática, la omisión gubernamental frente a los humedales de Neiva se perfila como una deuda ambiental que crece y pone en entredicho la gestión local.


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