El pasto de San Agustín es una opción popular para quienes buscan un césped denso, resistente y de color verde intenso. Originario de climas cálidos, este tipo de césped se adapta muy bien a jardines residenciales y áreas costeras gracias a su tolerancia a suelos salinos y su crecimiento por estolones. A continuación, te explicamos cómo hacer que crezca sano y fuerte.
Preparar el terreno es clave
Antes de plantar, es fundamental preparar el suelo. Comienza eliminando cualquier maleza que pueda competir por nutrientes y agua. Luego, afloja la tierra hasta una profundidad de 15 centímetros para mejorar la aireación y permitir que las raíces se desarrollen.
El pH ideal para este césped está entre 6.0 y 7.5. Si el suelo es muy ácido, aplica cal agrícola para equilibrarlo. Además, si la tierra es compacta, mezcla arena o materia orgánica para mejorar el drenaje.
Métodos de propagación
El pasto de San Agustín no se propaga fácilmente por semillas. Por ello, la mejor opción es utilizar métodos vegetativos como:
- Tepes o rollos de césped: ofrecen resultados rápidos y uniformes.
- Estolones: tallos que se colocan sobre la superficie y se cubren ligeramente con tierra.
- Plugs o tapones: pequeños trozos de césped que se plantan en una cuadrícula.
Estos métodos garantizan un establecimiento más seguro y un crecimiento homogéneo.
Riego y luz solar
Tras la siembra o colocación de tepes, riega diariamente durante las primeras dos o tres semanas para facilitar el enraizamiento. Una vez establecido, reduce la frecuencia a dos o tres veces por semana, aplicando riegos profundos para fortalecer las raíces.
Este césped prefiere pleno sol y necesita al menos seis horas de luz directa al día. Aunque puede tolerar sombra parcial, su crecimiento será más lento.
Fertilización y corte
Para mantener el color verde intenso, fertiliza cada seis a ocho semanas en primavera y verano con un abono rico en nitrógeno, como una fórmula 15-5-10.
En cuanto al corte, mantén una altura de entre cinco y siete centímetros. Nunca cortes más de un tercio de la hoja en una sola sesión y utiliza cuchillas bien afiladas para evitar daños.
Prevención de plagas y enfermedades
En climas cálidos y húmedos, este césped puede verse afectado por plagas como chinches y gusanos, así como por enfermedades fúngicas como la mancha marrón. Un buen drenaje y un programa de control preventivo ayudarán a mantenerlo sano.
Con una correcta preparación del suelo, riego adecuado, fertilización constante y prevención de plagas, el pasto de San Agustín puede convertirse en la joya verde de tu jardín, ofreciendo una alfombra natural resistente y de gran belleza.




