En los últimos años, la ciudad de Pasto ha experimentado una transformación urbana que pone en el centro la relación entre comunidad y naturaleza. Espacios antes olvidados o deteriorados se han convertido en verdaderos pulmones verdes, llenos de vida, cultura y educación ambiental.
Estos parques y corredores ecológicos no solo embellecen la ciudad, sino que también fortalecen el sentido de pertenencia y promueven hábitos sostenibles. A lo largo del río Pasto y en sectores como Zarcillejo, Sumatambo, Los Chilcos, Jongovito y la antigua licorera, hoy se levantan entornos donde las familias disfrutan de áreas limpias, seguras y amigables con el ambiente.
Cada uno de estos espacios ofrece un escenario para el encuentro ciudadano: zonas de recreación, senderos ecológicos, murales artísticos y puntos de educación ambiental que inspiran respeto por la naturaleza y fomentan el cuidado del territorio.
La propuesta de reconocer estos lugares como patrimonio verde de Nariño busca garantizar su protección a largo plazo. Más que simples parques, representan un modelo de convivencia sostenible y un legado para las futuras generaciones.
Pasto avanza así hacia una visión de ciudad donde el desarrollo urbano se construye en armonía con el entorno natural, invitando a la comunidad a cuidar, disfrutar y valorar cada espacio como una expresión viva del compromiso ambiental.

