Paris Saint Germain perdió el clásico frances ante Marsella

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En el clásico de Francia, el Olympique de Marsella sorprendió y venció 1-0 al Paris Saint-Germain, en un duelo intenso que se definió muy temprano con el gol de Nayef Aguerd a los cinco minutos de juego. El conjunto parisino, pese a su superioridad en la posesión y en el número de remates, no logró concretar y terminó cayendo en un partido donde las estadísticas le fueron favorables, pero la efectividad le jugó en contra.

El PSG, que tuvo un 68% de posesión y realizó 473 pases con un 95% de precisión, dominó el juego en casi todos los aspectos numéricos. Sin embargo, Marsella fue contundente en su estrategia defensiva, bloqueando espacios y aprovechando su primera gran ocasión para sellar la diferencia. El resultado final dejó claro que no siempre la superioridad estadística garantiza el triunfo.

Uno de los factores que pesó en la derrota parisina fue la ausencia obligada de Ousmane Dembélé, quien no pudo estar presente en el encuentro debido a que se encontraba en París recibiendo el Balón de Oro, un reconocimiento histórico que lo pone en la cima del fútbol mundial. La falta de su desequilibrio y velocidad en ataque se sintió en cada tramo del partido.

El homenaje a Dembélé coincidió con un duelo clave, y aunque el PSG intentó suplir su vacío con variantes ofensivas, la falta de creatividad en el último tercio se hizo evidente. Marsella supo aprovechar esta ventaja, cerrando filas y apostando a un contragolpe que no necesitó repetirse para asegurar los tres puntos.

Mientras tanto, el regreso de Luis Enrique al banquillo en este clásico fue noticia no solo por el resultado, sino porque, pese a la derrota, el estratega asturiano había sido recientemente catalogado como el mejor director técnico del mundo por su estilo innovador y sus logros pasados. La derrota, sin embargo, mostró que incluso los entrenadores más laureados necesitan de todas sus piezas en el campo.

El PSG, con 12 remates frente a los 6 de Marsella, no encontró la contundencia necesaria en sus delanteros. La defensa rival se mostró sólida, y cada intento parisino fue desactivado con eficacia. Ni la presión constante ni las variantes tácticas lograron abrir el marcador para los visitantes.

Con este resultado, Marsella celebra un triunfo que lo impulsa en la Ligue 1, mientras el PSG se queda con la reflexión de que ni las distinciones individuales ni los títulos de sus figuras técnicas garantizan victorias inmediatas. La ausencia de Dembélé y la falta de eficacia ofensiva marcaron la diferencia en un duelo que, desde las estadísticas, parecía destinado a otro desenlace.


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