Mientras el discurso global promueve la reducción del uso de plaguicidas, en regiones como Boyacá —donde la papa es base económica, cultural y alimentaria— la realidad es mucho más compleja y preocupante. Según el estudio Desafíos para la seguridad alimentaria en Colombia, elaborado por la firma GlobalMind, un escenario de restricción en el uso de productos fitosanitarios traería consecuencias devastadoras para este cultivo estratégico.
Consecuencias
En Boyacá, uno de los principales productores de papa del país, la situación podría volverse crítica. El estudio advierte que, si se limitara el uso de plaguicidas, la producción de papa podría caer hasta en un 44 %, debido principalmente a hongos (85 %), insectos (49 %) y malezas (26 %). Esto provocaría un alza del 76 % en el precio al productor, afectando tanto a campesinos como a consumidores. Además, más de 9.300 empleos rurales asociados al cultivo estarían en riesgo, profundizando la crisis en el campo boyacense.
Frente a este panorama, los cultivadores de papa han hecho un llamado urgente a la secretaria de Agricultura del departamento, Lady Catherine Piza Montenegro, para que se pronuncie con claridad sobre las políticas locales frente al uso responsable de agroquímicos y la implementación de alternativas sostenibles. Los productores piden acompañamiento técnico, inversión en investigación y planes de transición que no los dejen a la deriva en medio de regulaciones nacionales e internacionales.
Seguridad alimentaria
Mientras tanto, organismos como la FAO destacan la importancia de conservar la sanidad vegetal como pilar de la seguridad alimentaria. Jingyuan Xia, director de la División de Producción y Protección Vegetal del organismo, subrayó que preservar la salud de los cultivos es fundamental para el crecimiento económico y la nutrición global. Sin embargo, sin un enfoque diferenciado, las zonas agrícolas más vulnerables como Boyacá podrían quedar atrapadas entre discursos bien intencionados y realidades de abandono.




