El Papa León XIV emitió un enérgico llamado a un alto el fuego inmediato en Gaza, tras el ataque militar israelí que impactó la iglesia católica de la Sagrada Familia en la Franja, causando la muerte de al menos cuatro personas y dejando varios heridos, entre ellos el párroco Gabriel Romanelli, quien fue atendido en un hospital local tras resultar herido de forma leve en una pierna.
La parroquia, que desde el inicio del conflicto ha brindado refugio a más de 500 personas desplazadas, fue alcanzada por un proyectil que destruyó parte de su estructura causando conmoción y dolor en la comunidad cristiana y en toda la región.
En un telegrama firmado por el cardenal Secretario de Estado, Pietro Parolin, en nombre del pontífice, se expresa la “profunda tristeza” de León XIV por el ataque y se encomiendan las almas de las víctimas a la misericordia divina, además de ofrecer cercanía espiritual y oración por los heridos y quienes lloran a sus muertos. El Papa subrayó la urgencia de establecer un diálogo sincero, reconciliación y una paz duradera en la región, recordando el impacto humano y religioso de esta tragedia que afecta a la población civil y a la convivencia pacífica.
La reacción internacional fue inmediata. El gobierno israelí, a través de su ministro de Exteriores Oren Marmorstein, manifestó su “profundo pesar” por los daños a la parroquia y las víctimas civiles, además anunció una investigación para esclarecer las circunstancias del ataque, que algunos indican pudo ser un error del ejército. Por su parte, diversas voces políticas y religiosas de países como Italia, Francia y Argentina condenaron el bombardeo, calificándolo de “inadmisible” e “inaceptable”, e instaron a detener la ofensiva militar, insistiendo en la necesidad de proteger a los civiles y a las comunidades religiosas en la zona.
La comunidad cristiana en Gaza, que ha padecido las consecuencias dramáticas del conflicto, recibe así un fuerte respaldo del Vaticano, que reafirma su compromiso con los fieles afectados, llamando a la comunidad internacional a redoblar esfuerzos en ayuda humanitaria, negociación y cese de hostilidades.
El Patriarcado Latino de Jerusalén enfatizó en la protección y asistencia a las personas desplazadas y afectadas, destacando que aún es prematuro determinar el alcance completo del daño, pero urgente garantizar que no se repitan estos hechos.
