Papa Francisco terminó su viaje a Canadá y donde pidió perdón a las familias de los 6 mil niños indígenas que murieron en los internados. Este hecho ha sido calificado como el más grave genocidio cultural de la historia.
Al cierre de este viaje de peregrinación y en el avión que lo traería de camino de regreso al Vaticano desde una silla de ruedas habló con los periodistas. Por primera vez, tocó el tema de sus salud y es que este tema obligó al santo padre argentino a cancelar su visita a África.
Allí reconoció que su salud no ha estado muy buena y que piensa en retirarse, pero a sus 85 años aún no lo ha contemplado.
«Dios me guiará», aseguró Francisco y quién padece de atrosis en una de sus rodillas y que le impide caminar ´por lo que ha tenido que usar silla de ruedas.
Agregó «No es una catástrofe cambiar de Papa, no es un tabú».
También dijo que «La opción de la jubilación está abierta y que aún no la llamado. No he sentido la necesidad de pensar en esta posibilidad, pero eso no quiere decir que dentro de dos días no empiece a pensar en ello».
De lo que si habló fue sobre su estado de salud y manifestó: «Este viaje ha sido intenso».
Indicó que «No creo que pueda seguir viajando a mi edad con el mismo ritmo que solía hacerlo y con la limitación de esta rodilla».
Al final le dijo al los periodistas: «Necesito cuidarme un poco para seguir sirviendo a la iglesia».
