El Papa Francisco apareció sin la silla de ruedas en la Plaza de España de Roma y a los pies de la Vírgen Inmaculada, fiesta que se celebró este 7 de diciembre y que se conoce como Día de velitas, oró pero también pidió perdón por la guerra que sufre Ucrania desde hace más de ocho meses con Rusia.
«Virgen de la Inmaculada, habría querido traerte hoy el agradecimiento del pueblo ucraniano por la paz que desde hace mucho tiempo pedimos al Señor»
Agregó «En cambio, todavía tengo que presentarte la súplica de los niños, de los ancianos, de los padres y madres, de los jóvenes de esa tierra torturada»
Así comenzó el rezo del Pontífice, quién entre lágrimas, lamentó lo que estaba pasando y es que Ucrania se alista para vivir uno de los meses más fríos y mortíferos.
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Este homenaje se retomó después de dos años de pandemia y que obligó no solo a la Iglesia a canacelar algunas celebraciones tradicionales sino al Papa a recluirse en el Vaticano.
El llanto y la emoción de Pastor conmovieron a los asistentes, quienes no pudieron soportar el dolor que expresaba agarrado de uno de los brazos de la silla.
Tres horas antes, en el Ángelus, el Papa ha pedido a los fieles presentes en la plaza de San Pedro que se unieran a él espiritualmente en el gesto de veneración de la Inmaculada Concepción, a cuya intercesión ha encomendado «el deseo universal por la paz, especialmente por la martirizada Ucrania, que tanto sufre».
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En esto que estás en medio de la multitud y el #Papa se acerca directamente a ti:
— Eva Fernández (@evaenlaradio) December 8, 2022
¡Quiero saludar a los periodistas!
– Se ha emocionado al rezar por #Ucrania ¿verdad?
– Sí, es un dolor grande. Grande… Una derrota para la humanidad
¡Recemos!#Roma#InmaculadaConcepcion pic.twitter.com/wwSMlvNXvy




