Paneleros colombianos se afligen por la gran disminución de compradores

Fedepanela afirma que es perentorio hacer inversiones en la reconversión tecnológica de los trapiches y se necesita asistencia técnica en aras de acelerar la modernización de los paneleros.
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En Colombia, las ventas de panela han disminuido considerablemente. Solo en el caso del Nordeste antioqueño, se pudieron reportar varios trapiches apagados. De hecho, los que se pueden ver operando, están trabajando a media máquina.

Por este motivo, la Federación Nacional de Productores de Panela Fondo de Fomento Panelero (Fedepanela), señaló en su cuenta en Twiitter que participó en la sesión ordinaria de la Asamblea Departamental del Departamento de Nariño, con el fin de dar a conocer la crisis social y económica que atraviesa el sector campesino, en especial el gremio panelero.

¿Cómo ha afectado la disminución de ventas de panela?

Esta situación, no solo ha resaltado entre las instituciones, como Fedepanela que afirmó que el consumo de panela cayó 48% en los últimos 17 años, sino que también los campesinos han tenido que vivir las travesías de la actualidad. Tal es el caso de Steven Cardona, quien a finales de marzo llevó su última carga de panela hacia la plaza de Santa Bárbara para venderla.

Con el dinero de la venta realizada por el señor Steven, tenía planteado pagarle a los ocho trabajadores que le ayudaron a producir el lote en su trapiche, allá en la vereda Loma Larga. No obstante, la mala noticia fue notar que, al transcurrir las horas, no logró vender el cargamento. El fruto de su sudor, no logró convertirse en pesos por primera vez y notó que sus vecinos también estaban cortos en su bolsillo, por tal motivo no le compraron.

De esta manera, adoptó otra estrategia de ventas: decidió pedirle colaboración a las famillias de Medellín, vendiendo casa por casa. No obstante, luego de eso, decidió apagar su planta y por eso ya no llegan las mulas cargadas con caña a ese lugar.

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Un negocio familiar en quiebra

Cabe destacar que, estos trapiches funcionaron de generación tras generación, desde el año 1911. Antes, en vez de piñón la caña se aplastaba con un armatoste en forma de cruz y se movían a pura fuerza y el que flaqueaba mientras sacaba el jugo se podía llevar un tremendo golpe en la cabeza.

“El diario vivir era lo más hermoso, te levantabas en la mañana a cortar caña, a hacer las pilas, a recolectar y arrimar al trapiche, ya el viernes se dedicaba uno con la gallada a producir panela, ahí estaba el maná, el pan de cada día”, recordó Cardona.

No hay comprador

El escenario que hay con respecto a las ventas de panela, disminuye y los paneleros se afligen por falta de compradores se ha vuelto cada vez más difícil. Por este motivo, a finales del mes de mayo, Fedepanela envió un comunicado al Gobierno Nacional, haciendo un llamado sobre los precios que afectan a la producción y el mantenimiento de este producto. En su comunicado, advierte lo siguiente:

“La situación se ha vuelto crítica pues, el precio que se paga al productor por cada kilo de panela, no alcanza a cubrir los costos de producción y en muchas regiones, las familias paneleras están produciendo a pérdida. De continuar esta tendencia, el sector panelero entrará de nuevo en una crisis ocasionada por la volatilidad cíclica de los precios, sin que haya entrado en operación mecanismos como el Fondo de Estabilización”, resaltó la institución.

Tiempo de pausa por falta de compradores

Ante circunstancias como las que advierte Fedepanela, la realidad sale a relucir con otro caso como el de Libardo Ortiz, quien es el encargado de su propia molienda desde hace 22 años en el municipio de Cisneros. Él contó que paralizó la producción una semana porque no encontraba a quien venderle. Según sus cuentas, puede sacar hasta 130 pacas a la semana, pero los distribuidores mayoristas no están encargando como antes.

“El negocio ha desmejorado mucho porque todo se ha vuelto muy costoso, todo incrementa menos la panela. Yo he hablado con el mayorista que me compra, me dice que los supermercados están muy solos, que el que llevaba cinco pares ya lleva uno”, afirmó.

Por este motivo, mientras la demanda disminuye, a Ortiz le tocó diversificar la base de clientes y así ha logrado mantenerse junto con los trabajadores que le ayudan. Dijo que ha visto “muchos trapiches parados” y el problema radica en que no encuentran comprador.

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Tiempo de cambios

El pasar de los días refleja cada vez más el margen de tiempo para que los paneleros puedan reinventarse y sobrevivir a la competencia con las demás bebidas. Por ese motivo, el gerente general de Fedepanela, Carlos Mayorga, mencionó varias iniciativas que, a su juicio, pueden amortiguar la falta de ventas de panela, mientras el subsector se moderniza y aprende a darle más valor agregado al producto.

Las compras públicas para programas alimenticios gubernamentales, la conexión con fabricantes, hoteles y restaurantes están entre esas estrategias que el gremio quiere poner sobre la mesa. Además, subrayó que es perentorio hacer inversiones en la reconversión tecnológica de los trapiches y se necesita asistencia técnica en aras de acelerar la modernización de los paneleros.

“Consideramos que, con esas medidas, esa situación que están viviendo los productores en algunas regiones se puede subsanar. Si garantizamos con un ejercicio juicioso, con recursos del gobierno nacional y los departamentales, podemos conseguirles un mercado a los productores y lograr que no se saturen”, resaltó.


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