Los ladrones intentaron robar una moto en plena vía pública
En uno de los puntos más transitados del centro de Bogotá, el hartazgo ciudadano frente a la delincuencia estalló en plena vía pública. Dos hombres fueron sorprendidos en flagrancia intentando cometer un hurto en el sector de la Plaza de Paloquemao, en la localidad de Los Mártires, y lo que siguió fue un acto de justicia callejera cargado de frustración, indignación y rabia acumulada.
Hechos
Todo ocurrió en cuestión de segundos. Según testigos, los sujetos, de aspecto joven, habían elegido como objetivo a una persona que transitaba desprevenida por la zona. Con movimientos rápidos y sin temor, intentaron despojar de sus pertenencias, pero no contaban con que los gritos de auxilio alertaron a decenas de personas que circulaban en ese momento por el lugar.
Comerciantes, compradores y trabajadores del sector que conocen cada rincón de Paloquemao y que viven con el temor constante de ser las próximas víctimas no lo pensaron dos veces. En una acción coordinada casi instintiva, cercaron a los dos sospechosos e impidieron que escaparan.
Una vez reducidos, la comunidad les propinó lo que muchos llamaron “unos buenos consejos”. Sin embargo, esos consejos incluyeron golpes, empujones y una serie de recriminaciones llenas de furia. “¡Dejen de robar, carajo! ¡Pónganse a trabajar!”, se escuchaba entre la multitud mientras los presuntos delincuentes recibían una paliza cargada de rabia social.
Aunque las autoridades llegaron minutos después para hacerse cargo de la situación, los ciudadanos no ocultaron su descontento y dejaron claro que están cansados de sentirse inseguros, incluso en pleno día y en zonas tan concurridas como esta.
Cansancio e impotencia frente a la inseguridad
Paloquemao no es solo una plaza de mercado, es un símbolo del trabajo diario, del comercio honesto y del esfuerzo colectivo. Por eso, lo que ocurrió ese día va más allá de un hecho aislado: es una muestra del colapso emocional de una comunidad que ya no soporta más vivir con miedo.
“Uno sale a trabajar desde las 4 de la mañana y no sabe si vuelve a la casa. Esta ciudad se nos salió de las manos”, afirmó una comerciante del sector con la voz quebrada. El sentimiento general es de abandono, de vivir expuestos a un peligro constante mientras las respuestas institucionales parecen cada vez más lejanas e ineficaces.
La justicia por mano propia como respuesta desesperada
Aunque las autoridades lograron controlar la situación y trasladar a los presuntos delincuentes, lo sucedido en Paloquemao no puede verse con ligereza. El incremento de casos donde la comunidad toma la justicia por mano propia es reflejo de una profunda crisis de seguridad y confianza en las instituciones.
Este episodio es un nuevo llamado de alerta: los ciudadanos no quieren ser héroes ni jueces, solo quieren sentirse protegidos. Mientras eso no ocurra, la línea entre justicia y desesperación seguirá difuminándose en los barrios y plazas de Bogotá.
Fueron lacerados por un grupo grande de moteros y ciclistas, además uno de los moteros tenía un arma de fuego en la mano.




