
Imagen: Ramadan Abed/REUTERS
Dinero, protección, diplomacia: las naciones árabes cuentan con métodos para presionar a Donald Trump a detener sus polémicos proyectos de una «Riviera de Gaza». Según los analistas, no las utilizarían.
Según informes de medios, los planes iniciales en los que aparentemente el presidente de Estados Unidos Donald Trump fundamentó su polémica propuesta de una «Riviera de Gaza» se fundamentan en un documento del economista Joseph Pelzman del año 2024. Este abarca energías renovables, un sistema de tren de tamaño reducido, aeropuertos y puertos, gobierno digital y hoteles con vistas al mar.
Sin embargo, para materializar el plan de Pelzman, la Franja de Gaza necesita ser «totalmente desocupada», afirmó Pelzman en un podcast en agosto de 2024. «Estados Unidos tiene la capacidad de respaldar a Egipto» para que acoja refugiados de Gaza, debido a que la nación tiene una deuda con Washington.
Trump parece estar seguro del plan, a pesar de ciertos desafíos más serios, como por ejemplo quién sufragará esa reconstrucción de lujo. Y quién persuadirá a los aproximadamente 2 millones de palestinos a dejar sus hogares para nunca volver, algo que podría ser catalogado como limpieza étnica.
La mayor parte de las naciones del Medio Oriente han rechazado el concepto. Egipto y Jordania, naciones que Trump propuso que podrían recibir a millones de palestinos, tampoco se sienten complacidos con la propuesta.
Tras una visita incómoda a Washington esta semana, el rey Abdalá II de Jordania emitió declaraciones en las redes sociales donde «reafirmó la resolutiva postura de Jordania contra el desplazamiento de palestinos en Gaza y Cisjordania». La misma acción fue realizada por el Ministerio de Relaciones Exteriores de Egipto. El mandatario Trump ha sostenido que Egipto y Jordania, que reciben ayuda internacional y respaldo militar de Estados Unidos, no tendrían otra alternativa.
