Mocoa, Putumayo. La incertidumbre y la angustia consumen a la familia Trujillo Torrejano desde hace más de un mes. Jaidenson Trujillo Torrejano, un adolescente de 15 años, desapareció el pasado 8 de marzo en inmediaciones de la plaza de mercado de Mocoa, sin que hasta la fecha haya avances claros por parte de las autoridades en su búsqueda.
El joven se desplazó desde la vereda Santa Marta, en la vía Mocoa-Pitalito, para visitar a unas primas que trabajan en el mercado. Según su padre, Jaidenson llegó alrededor de las 4:00 p.m., se le vio comprando yogures en un local cercano y desde entonces no se ha vuelto a saber de él.
“Él siempre me pedía permiso para salir, pero esa tarde dejó de responder llamadas y mensajes. Algo anda mal”, relató su padre, también llamado Jaidenson Trujillo, quien destaca que el comportamiento del menor ese día fue completamente atípico.
Familia denuncia falta de compromiso institucional
La familia asegura que, tras interponer la denuncia el 10 de marzo, las respuestas institucionales han sido insuficientes. Señalan negligencia por parte de la Fiscalía y la Policía en la investigación del caso.
“El cabo Ortiz, encargado del caso, nos dijo que el muchacho se fue voluntariamente, pero nunca mostró pruebas. También nos prometieron revisar las cámaras de seguridad en ocho días, pero eso nunca pasó”, denunció el padre.
Además, la Defensoría del Pueblo y la Policía de Infancia y Adolescencia fueron notificadas, sin que hasta ahora se haya activado un protocolo de búsqueda riguroso o se hayan ofrecido soluciones claras. “¿Por qué no rastrean su teléfono o revisan las cámaras? Parece que no les importa”, concluyó.
Llamado urgente a la comunidad y al Gobierno
La familia hace un llamado desesperado a la comunidad de Mocoa y del Putumayo para que brinden cualquier información que pueda dar con el paradero del menor. Piden comunicarse al número 314 220 1119 si alguien tiene pistas o vio algo inusual el día de la desaparición.
Este caso se suma a una creciente preocupación en Putumayo por las desapariciones inexplicables de menores, lo que ha generado cuestionamientos sobre la falta de protocolos eficaces de reacción por parte del Estado.
