La tarde del sábado dejó una escena de profundo dolor en la carretera que conecta Cartagenita con Zipacón. Un joven motociclista, de unos 26 años, murió tras un grave accidente que estremeció a quienes transitaban por la zona.
Mientras las autoridades atendían el caso, un padre que viajaba en un bus de transporte público decidió bajar del vehículo y acercarse al cuerpo. Con absoluta calma, se arrodilló, extendió sus manos y le dio la bendición al joven. Su despedida sorprendió a los presentes y transformó el ambiente en un momento de silencio y recogimiento.
Testigos grabaron el instante en el que el hombre, vestido con ropa religiosa, elevó una oración en medio de la vía, iluminado solo por las luces de los carros. Para muchos, su gesto se convirtió en un acto de humanidad que ofreció consuelo en medio de la tragedia.



