El fin de una consulta: Pacto Histórico delega la decisión de candidato en su Comité Político

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El 25 de septiembre de 2025, el Pacto Histórico, la coalición de fuerzas progresistas que respalda al gobierno de Gustavo Petro, anunció que desiste de realizar la consulta interna prevista para el 26 de octubre con el fin de escoger su candidato presidencial y las listas al Senado. En lugar de ello, informó que será el Comité Político nacional el encargado de definir un nuevo mecanismo que garantice una candidatura única bajo la bandera del Pacto.

Antecedentes y hoja de ruta original

La decisión significa un giro en la estrategia que se venía planteando. Bajo el pacto inicial, la coalición pretendía celebrar dos etapas de consulta:

  1. Consulta interna (partidista) en octubre de 2025 para que los movimientos y partidos integrantes del Pacto seleccionaran un candidato presidencial y sus listas al Congreso.
  2. Posteriormente, consulta interpartidista en marzo de 2026, en la que el vencedor en octubre competiría contra líderes aliados del espectro progresista (parte del llamado Frente Amplio).

Quien triunfara en la consulta de octubre consolidaría un liderazgo interno para la coalición antes de entrar en la consulta más amplia.

Sin embargo, esa hoja de ruta encontró obstáculos a lo largo del camino.

Los obstáculos jurídicos y políticos que precipitaron la renuncia

El principal desafío vino de las resoluciones del Consejo Nacional Electoral (CNE), que frenaron la fusión completa de los partidos y movimientos progresistas dentro del Pacto. Aunque el CNE aprobó la confluencia del Polo Democrático, del Partido Comunista y de la Unión Patriótica, no permitió la integración total de Colombia Humana (movimiento político de Gustavo Petro y de varios precandidatos), ni la plena incorporación de Progresistas (movimiento de María José Pizarro). Esa decisión dejó fuera del marco formal algunos de los actores que ya estaban comprometidos con la consulta interna del Pacto.

Como reacción a esas trabas, varios aspirantes presentaron tutelas ante la justicia para exigir que sus candidaturas fueran inscritas. El Tribunal Superior de Bogotá, en respuesta a esas acciones, ordenó la inscripción de todas las precandidaturas para la consulta del 26 de octubre, al considerar que las resoluciones del CNE vulneraban el principio democrático y la igualdad en la participación.

No obstante, esa decisión judicial no bastó para revertir la decisión del Pacto. El Comité Político argumentó que persistían “falta de certezas jurídicas” que impedían garantizar la participación de la candidatura vencedora en la futura consulta de marzo con otros sectores aliados. Por eso, sería más prudente priorizar directamente esa consulta interpartidista como espacio único para definir la candidatura.

Reacciones de los aspirantes y reconfiguración del escenario

Para ese momento, ya se habían inscrito al menos una decena de precandidatos al interior del Pacto Histórico: entre ellos María José Pizarro, Gustavo Bolívar, Susana Muhamad, Carolina Corcho, Gloria Inés Ramírez, Iván Cepeda, Daniel Quintero, Ali Bantú y Alfredo Saade.

Tras el anuncio de desistimiento de la consulta interna, algunos candidatos optaron por retirarse o reorientar sus apoyos. En particular, Pizarro, Bolívar y Muhamad anunciaron que renunciaban a sus aspiraciones presidenciales y respaldaban la candidatura de Iván Cepeda como opción unificadora de la izquierda.

No obstante, otros candidatos como Daniel Quintero y Carolina Corcho no descartaron continuar en la disputa, con miras a que las definiciones del Comité Político incluyan criterios programáticos, éticos o territoriales.

Adicionalmente, el presidente Petro hizo un llamado público a mantener la consulta popular como mecanismo, reflejando una tensión interna entre su liderazgo y las decisiones colectivas del pacto.

Ventajas y riesgos de la renuncia

Ventajas que proyectan los promotores del cambio de ruta:

  • Evitar litigios y nuevas demandas judiciales que podrían bloquear el proceso.
  • Saltarse el riesgo de que la candidatura seleccionada en octubre no pueda participar en marzo si no logra cumplir requisitos partidistas o legales.
  • Consolidar una lista electoral (legislativa) unificada con mayor antelación, sin depender de competencias internas prolongadas.
  • Permitir que el Pacto Histórico enfoque sus energías en una sola consulta (la interpartidista de marzo), reduciendo costos logísticos y desgaste político.

Riesgos e impactos posibles:

  • Cuestionamientos internos por parte de quienes confiaban en la consulta como método más democrático y participativo.
  • Descontento en las bases que querían votar directamente al candidato de su preferencia.
  • Percepción de decisiones elitistas, en las que el Comité Político asume una discrecionalidad mayor.
  • Que el candidato resultante no tenga el respaldo pleno de los distintos grupos internos, lo que podría debilitar la cohesión del pacto en la campaña presidencial.

Qué sigue: el nuevo cronograma y tensiones para 2026

Con la consulta interna de octubre descartada, el Pacto Histórico redirige sus esfuerzos hacia marzo de 2026, cuando se llevará a cabo la consulta interpartidista en paralelo con las elecciones legislativas. Ahí se espera que los aspirantes al Pacto compitan con otros candidatos progresistas o aliados del Frente Amplio.

Mientras tanto, el Comité Político deberá definir:

  • Los criterios de selección del candidato (programa, territorialidad, liderazgo ético, respaldo político, etc.).
  • Cómo integrar los movimientos y partidos que quedaron fuera de la fusión formal (Colombia Humana, Progresistas).
  • El papel que jugarán los retirados o quienes hubiesen apoyado otras candidaturas.
  • La estrategia de alignamiento con fuerzas de izquierda externas al Pacto para incrementar la base electoral.

De cara a las presidenciales de mayo de 2026, esta decisión pone a prueba la capacidad del progresismo para mantenerse unido frente a retos legales, electorales y mediáticos. La tensión entre liderazgo centralizado y democracia interna será uno de los ejes clave que marcarán esta fase decisiva.


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