Un nuevo atentado del Ejército de Liberación Nacional (ELN) estremeció la región de Norte de Santander el martes 6 de noviembre, cuando un francotirador del grupo armado atacó a soldados en la base militar de Chapinero, en el municipio de El Carmen. Este ataque cobró la vida del soldado Jean Carlos Giraldo Montes, quien, a pesar de los esfuerzos de los enfermeros de combate, falleció en el lugar debido a la gravedad de sus heridas.

El Comando de la Fuerza de Tarea Vulcano, parte de la Segunda División del Ejército, confirmó que el ataque fue perpetrado por miembros del ELN, un grupo que ha intensificado sus acciones en esta zona fronteriza tras la suspensión de los diálogos de paz con el gobierno colombiano. Esta agresión se suma a un reciente incremento de ataques en el departamento, generando gran preocupación entre las comunidades locales y las autoridades.
La situación en El Carmen se ha vuelto cada vez más crítica, siendo este el segundo ataque en menos de 48 horas que deja un saldo fatal. Giraldo Montes, adscrito al Batallón Energético y Vial No.° 10, es el segundo soldado asesinado en circunstancias similares, lo cual evidencia la creciente presencia y hostilidad del ELN en el área.
Las fuerzas militares emitieron un comunicado condenando el ataque, calificándolo de acto terrorista y ofreciendo sus condolencias a la familia de Giraldo Montes. «Lamentamos profundamente el asesinato de nuestro soldado Jean Carlos Giraldo Montes, quien perdió la vida protegiendo a la comunidad en El Carmen, Norte de Santander. Rechazamos estos actos terroristas y extendemos nuestras más sinceras condolencias», expresó la institución.

El Ejército también reafirmó su compromiso de intensificar las operaciones militares en la región para contrarrestar la violencia de los grupos armados y garantizar la seguridad de los habitantes. Actualmente, se están reforzando los patrullajes y controles en las áreas más afectadas por el conflicto, con el objetivo de reducir la capacidad de maniobra del ELN y brindar tranquilidad a la población de Norte de Santander.
Este nuevo atentado ha reavivado el debate sobre la situación de seguridad en la frontera y la necesidad de estrategias efectivas para proteger a las comunidades que sufren las consecuencias del conflicto armado, dejando en evidencia los grandes retos que enfrenta el gobierno en materia de seguridad y paz en las regiones más vulnerables del país.




