La crisis en la atención en salud volvió a quedar expuesta en Florencia, Caquetá, luego de que Nelson Castaño Navarrete, un ciudadano trabajador y padre de dos menores, se viera obligado a encadenarse en la sede de Asmed Salud para exigir el traslado urgente de su esposa, quien permanece en grave condición médica tras una intervención fallida. El caso, que refleja la desesperación de muchos usuarios, ha generado indignación y un fuerte llamado de atención sobre la deficiente prestación del servicio por parte de la EPS.
Nelson relató que su esposa llevaba mes y medio internada en la Clínica Gloria Patricia Pinzón luego de una cirugía para extraer un cálculo renal. Durante el procedimiento, según explicó, el riñón de la paciente fue perforado, complicación que requería una remisión inmediata a una institución de mayor nivel. Sin embargo, y pese a su insistencia, solicitudes formales e incluso la radicación de una acción de tutela, Asmed Salud no emitía respuesta alguna. Las gestiones se dilataban y la salud de la mujer seguía empeorando.
Ante el silencio de la EPS, Nelson tomó la decisión más extrema: encadenarse en la entrada de la entidad para obligar a que atendieran su caso. “Fue una obligación. No tuve otra salida. Moví cielo y tierra, pero nadie respondía”, aseguró. Este acto de protesta, cargado de desesperación, logró que los medios de comunicación y las autoridades locales intervinieran.
Gracias a esta visibilización, y tras la presión ejercida por la Alcaldía de Florencia, se instaló una mesa de trabajo con Asmed Salud, donde se revisó la bitácora de servicios y se exigió una solución inmediata. Minutos después, la EPS notificó que finalmente había autorizado la remisión de la paciente a la Clínica Pavón de Pasto, especializada en el manejo de este tipo de complicaciones.
La administración municipal aseguró el acompañamiento logístico para la familia: transporte hacia Pasto, apoyo para los hijos menores que quedan en Florencia y la coordinación del traslado en ambulancia. Funcionarios resaltaron la fortaleza y resiliencia de Nelson, quien, pese a su trabajo como cotero y su difícil situación económica, no dudó en alzar su voz para defender la vida de su esposa.
Este caso refleja una problemática que se repite en varias ciudades del país: ciudadanos obligados a encadenarse, pasar noches enteras en las EPS y soportar múltiples vulneraciones para lograr atención. La exigencia de Nelson Castaño Navarrete no es solo un acto individual, sino un grito colectivo por un sistema de salud digno, oportuno y humano.




