Felipe Ferro, señaló que esta es otra batalla perdida de Petro, pero el presidente responde con hechos positivos.
En un país donde el día a día ya es lo suficientemente complejo, el reciente incremento del precio del diésel decretado por el presidente Gustavo Petro ha desatado una crisis que amenaza con paralizar la economía. El anuncio, que provocó un paro camionero que detuvo al país, llevó al gobierno a desplegar a la Unidad de Diálogo y Mantenimiento del Orden (UDMO), antes conocida como ESMAD, para remover las protestas. Una acción que contradice las promesas de campaña de Petro, quien en su momento criticó el uso de esta fuerza. La diferencia entre ser oposición y gobernar parece hacerse cada vez más evidente.
Es importante aclarar que quienes salieron a las carreteras no fueron los grandes empresarios, como inicialmente afirmó el presidente Petro, sino los pequeños transportadores de carga: conductores de grúas, volqueteros y otros trabajadores del transporte de base. Esta estigmatización inicial obligó al gobierno a reconocer la verdadera naturaleza de la protesta: una movilización liderada por trabajadores que exigían la defensa de sus derechos, y no una manifestación orquestada por grandes capitales, como se intentó sugerir.
La falta de atención al gremio transportador se explica, en parte, por la ocupación del presidente en otras decisiones polémicas, como la designación de alias «Firu» como gestor de paz, un individuo con un extenso prontuario delictivo que fue capturado en Antioquia con armas y dinero. Para muchos, la elevación del precio del diésel parece una medida destinada a financiar a estos “gestores de paz”.
En medio de esta crisis, el presidente Petro sorprendió al país con una alocución nacional que, en lugar de abordar el paro, centró su discurso en temas como las chuzadas y el software Pegasus. Esta estrategia recordó a muchos las declaraciones de un expresidente que, ante una situación similar, afirmó que “ese tal paro no existe”, solo para luego retroceder y ceder a las presiones del gremio.
Este paro mostró las diferentes maneras de concebir el país, sin vehículos quemados, encapuchados o actos vandálicos. Por el contrario, vimos a los pequeños empresarios del transporte exigiendo el cumplimiento de las promesas de campaña del entonces candidato Petro. Este gobierno parece haber perdido otra batalla, y mientras siga en una postura intransigente, se espera que las crisis económicas y sociales se intensifiquen, afectando cada vez más a los sectores más vulnerables.



