El 6 de noviembre de 2025 se informó que Bélgica reforzará su vigilancia del espacio aéreo tras varios avistamientos de drones sobre aeropuertos (Brussels Airport y Liège Airport) y bases militares.
En particular, la base aérea de Kleine‑Brogel Air Base (que alberga, entre otras cosas, aviones F-16 belgas y alojaría armas nucleares de la OTAN) registró al menos tres grandes drones en una sola noche y las defensas desplegadas no lograron neutralizarlos.
El ministro de Defensa belga, Theo Francken, anunció que una “Centro Nacional de Seguridad Aérea” (NASC) estará operativo para el 1 de enero de 2026, y mientras tanto se emplearán medidas de urgencia (interferencia, derribo) en caso de incidentes.
Bélgica ya había decidido acelerar su plan nacional contra drones, adelantando medidas previstas para 2026 a este año, tras sobrevuelos sospechosos en zonas militares.
A escala europea, se ha aprobado un proyecto para crear una “muro de drones” (drone-wall) como sistema de defensa contra incursiones aéreas no autorizadas en la frontera oriental del bloque.
Factores clave a tener en cuenta
- Naturaleza de los drones: No parecen ser simples drones de entretenimiento. En el caso de Kleine-Brogel, los aparatos eran “grandes” y “no de aficionados”, según la defensa belga.
- Objetivos sensibles: Las áreas afectadas incluyen aeropuertos civiles y bases militares estratégicas. Esto indica un riesgo más allá de una simple violación de espacio aéreo.
- Falencias del sistema actual: Aunque Bélgica tenía redes de detección y algunas contramedidas (como señales de interferencia o “drone guns”), los intentos de neutralización fracasaron o no funcionaron a tiempo.
- Coordinación civil-militar: Se está construyendo una integración mayor entre los sistemas de vigilancia civil (por ejemplo, la red de detección de drones de SkeyDrone) y los sistemas de defensa militar.
- Contexto europeo: Bélgica no es el único país afectado. Otros estados de la OTAN también han reportado drones en sus espacios aéreos, lo cual refuerza la hipótesis de que hay un componente híbrido o de espionaje en juego.
Qué medidas han anunciado
- Instaurar el NASC (Centro Nacional de Seguridad Aérea) para centralizar la vigilancia del espacio aéreo civil y militar.
- Comprar e instalar sistemas de detección y contramedidas contra drones (sensores, sistemas de interferencia, sistemas específicos C-UAS) más rápido de lo planeado.
- En casos de detección de drones en zonas críticas, autorizar la neutralización o derribo — cuando sea seguro — de esos aparatos intrusos.
Implicaciones
- Queda claro que el espacio aéreo europeo, especialmente en regiones con alta densidad de infraestructura crítica (como Bélgica), está siendo testigo de una nueva dimensión de riesgo: drones de gran tamaño, probablemente con fines de reconocimiento o perturbación.
- Las compañías y los ciudadanos pueden ver un impacto indirecto: más restricciones en el uso de drones privados, incremento de las medidas de seguridad en aeropuertos y bases militares, posible efecto en la aviación civil.
- Desde la perspectiva global, esto refuerza la noción de “guerra híbrida” o “amenaza asimétrica” en la que drones no tripulados desempeñan un papel creciente.
- Para países latinoamericanos o fuentes de cooperación internacional, esto puede marcar un modelo de cómo responder a estas amenazas emergentes en el espacio aéreo.




