Natalia Cocomá es reconocida por su propuesta culinaria que rescata memoria y sostenibilidad.
Natalia Cocomá Hernández, de 28 años, se ha convertido en una de las voces más influyentes de la gastronomía internacional. Criada en Anzoátegui, al norte del Tolima, en medio de una familia dedicada a la apicultura, aprendió desde pequeña el valor de las abejas para los ecosistemas y la importancia de los ingredientes frescos en la cocina. Esa conexión temprana con la naturaleza y la memoria familiar se transformó en la esencia de su propuesta gastronómica, que hoy lidera desde su restaurante Oda, en Bogotá, incluido en la prestigiosa lista de Latin America’s 50 Best Restaurants.
Su formación comenzó en restaurantes de Ibagué, en zonas tradicionales como La Pola, donde combinó técnica y tradición para consolidar un estilo propio. Desde entonces, Natalia ha defendido el papel de las mujeres, de las comunidades rurales y de los productos nativos en el panorama culinario. Para ella, cada plato es un relato que honra al territorio y a la biodiversidad.
Antes de dedicarse por completo a la gastronomía, Natalia fue percusionista en la Orquesta Sinfónica de Bogotá. Esa experiencia artística marcó profundamente su sensibilidad y su forma de entender la armonía, trasladando los ritmos de la música a la estética de la cocina. “Cocinar con sentido, con un fin y un propósito, vale la pena”, aseguró en una entrevista.
En 2024 y nuevamente en 2025, fue galardonada en los The Best Chef Awards, donde obtuvo el simbólico cuchillo que distingue a los cocineros más influyentes del mundo. La edición más reciente, celebrada en Milán, destacó su creatividad, compromiso ético y capacidad para crear relatos que trascienden el plato. “Estar en esta lista es inspirador y retador. Es ver que el trabajo de todos los días vale la pena”, afirmó con orgullo.
Aunque reconoce que los nervios la acompañan en cada premiación, Natalia se siente feliz de representar a Colombia y ser la más joven entre los seleccionados. Para ella, el reconocimiento no es individual: “No solo celebro yo, sino los campesinos, los proveedores y mi equipo. Este logro es colectivo”.
Hoy, su voz y su cocina demuestran que el Tolima tiene la fuerza para transformar la gastronomía mundial en un acto de resistencia, memoria y belleza. Natalia Cocomá no sólo cocina, sino que construye puentes culturales que conectan lo local con lo global.




