Andrés Hurtado, exalcalde de Ibagué y actual candidato a la Gobernación del Tolima, ha sorprendido a propios y extraños con un cambio radical en su postura frente al presidente Gustavo Petro. De ser un crítico constante durante su mandato, con frases como “esto no ha sido un Pacto Histórico, sino un parto histórico” o “la seguridad está al garete”, ahora se ha convertido en un defensor del mandatario. Este giro ha generado cuestionamientos sobre si se trata de una estrategia política para ganar simpatías en su carrera hacia la Gobernación.
Polémico
El cambio de postura de Hurtado se hizo evidente tras el desplante de la gobernadora del Tolima, Adriana Magali Matiz, quien se ausentó del evento organizado por la Presidencia en Chicoral el pasado 22 de febrero. Hurtado no dudó en salir en defensa de Petro, calificando la actitud de Matiz como una “falta de respeto” y una oportunidad perdida para el departamento. “Viene el presidente y simplemente se van. Eso es vergonzoso”, afirmó el exalcalde, quien ahora considera fundamental mantener buenas relaciones con el Gobierno Nacional.
Este nuevo posicionamiento de Hurtado parece estar más enfocado en hacer oposición al barretismo, la organización política que lo llevó al poder en Ibagué en 2019 y de la cual hace parte la gobernadora Matiz. “Si son tan verracos para gritar por fuera del departamento y viene el presidente y simplemente huyen. Les da miedo enfrentar al presidente y decirle lo que necesitan los tolimenses”, expresó Hurtado, en un claro intento por deslegitimar a su antigua casa política.
Carrera cambiante
La trayectoria política de Hurtado ha estado marcada por constantes giros. Ha militado en el Partido Liberal, el Partido Conservador, Cambio Radical y ahora en el Partido de la U. Además, fue suspendido por la Procuraduría en 2022 por participar en política a favor de Federico Gutiérrez, candidato presidencial en ese momento, y se ha reunido con el expresidente Álvaro Uribe Vélez. Su reciente defensa a Petro parece ser otro capítulo más en su impredecible carrera, donde el pragmatismo parece primar sobre la coherencia.
Muchos ven en este cambio de postura un claro oportunismo político, donde Hurtado aplica el viejo dicho: “el enemigo de mi enemigo, mi amigo será”.
