Manuel José Rodríguez, conocido por todos como ‘Manolito’, es un querido tendero de 63 años en Ibagué que se ha ganado el respeto y cariño de la comunidad por su espíritu de superación y optimismo. Su tienda, ‘Manolito Express’, situada en el barrio Macadamia, no es solo un lugar para comprar víveres, sino un punto de encuentro donde, a pesar de las adversidades, siempre hay una sonrisa y un chiste para sus clientes.
Manolito abrió su negocio hace 26 años con el objetivo de asegurar un futuro mejor para sus hijas, quienes hoy en día son profesionales: una psicóloga y la otra especialista en publicidad y mercadeo. “Aquí en la esquina llevo 26 años, y con esta tienda logré que mis hijas estudiaran y se hicieran profesionales”, cuenta con orgullo. Aunque ha perdido ambas piernas debido a complicaciones de salud, su fuerza de voluntad sigue intacta y es evidente en cada día de trabajo.
Este tendero ibaguereño ha aprendido a adaptarse a su situación y a sacar adelante su negocio con una actitud positiva. “La primera pierna me la quitaron hace una década y la segunda el 10 de octubre del año pasado, pero eso no me ha detenido”, comenta Manolito, quien continúa atendiendo su tienda y ofreciendo a sus clientes una experiencia llena de calidez y buen humor.
El hombre ha laborado y es reconocido por la comunidad desde hace 26 años.
Además de atender el negocio, Manolito ha convertido su tienda en un espacio inclusivo, donde sus clientes habituales saben que pueden tomar lo que necesiten si él no puede alcanzarlo. “Cuando entra alguien nuevo y no me conoce, le digo: ‘Perdóneme que no me pare’ y les hago un chiste”, relata entre risas, manteniendo su característico sentido del humor. Incluso bromea sobre cambiar el nombre de su tienda a ‘Manolo Estrés’ tras su segunda amputación, aunque para él es solo una forma de reírse de las dificultades.
Con el paso de los años, Manolito se ha convertido en un ejemplo para los jóvenes del barrio, a quienes motiva a no rendirse frente a los retos. “Si yo salgo adelante, ustedes también pueden; son el futuro y tienen toda la vida por delante”, afirma con determinación, animando a la juventud a perseverar y a luchar por sus metas. Finalmente, Manolito invita a todos a ver su tienda como un hogar, un lugar donde siempre serán bienvenidos. “Aquí estaremos, esta es la casa de todos, esta es mi tienda, visítenme”, concluye con una sonrisa.
