La Organización de las Naciones Unidas denunció que ambas partes en conflicto en Sudán —el ejército regular y las Fuerzas de Apoyo Rápido— han cometido crímenes de guerra, incluyendo ataques contra civiles, violaciones sistemáticas y uso de hambre como arma de guerra. Un informe presentado ante el Consejo de Seguridad describe una situación «catastrófica y sin precedentes» que afecta a más de 25 millones de personas.
El secretario general, António Guterres, pidió una intervención humanitaria urgente y un alto al fuego inmediato, mientras se multiplican los llamados internacionales a una mediación liderada por la Unión Africana. La guerra civil en Sudán ha desplazado a millones y destruido servicios básicos. A pesar del clamor internacional, las negociaciones siguen estancadas y el país se hunde en una crisis humanitaria de enormes proporciones.




