Durante la segunda cumbre para el desarrollo social celebrada en Doha (Catar), el secretario general de la ONU, António Guterres, emitió una fuerte advertencia sobre el deterioro de la situación en la Franja de Gaza, tras los recientes bombardeos israelíes. El jefe de las Naciones Unidas denunció las “continuas violaciones” del alto al fuego acordado entre Israel y Hamás desde el pasado 10 de octubre, y pidió a ambas partes respetar los compromisos establecidos en la primera fase del acuerdo de paz mediado por Estados Unidos.
Guterres subrayó que la ruptura de la tregua no solo representa un incumplimiento político, sino que agrava la ya crítica crisis humanitaria en el enclave palestino, donde la población enfrenta una devastadora escasez de alimentos, medicinas y refugio. “Estas violaciones deben parar”, afirmó con tono contundente, instando a la comunidad internacional a redoblar los esfuerzos diplomáticos para evitar una expansión del conflicto.
El acuerdo de alto al fuego incluía la liberación de todos los rehenes vivos capturados por Hamás durante el ataque del 7 de octubre de 2023, condición que se había cumplido parcialmente. Sin embargo, la entrega de los cuerpos de los rehenes fallecidos sigue sin concretarse, lo que ha generado nuevas tensiones. Israel acusa a Hamás de obstaculizar el proceso, mientras que el grupo islamista sostiene que las condiciones de destrucción en Gaza hacen difícil la localización de los cadáveres.
El Ejército israelí ha sido señalado por múltiples fuentes internacionales de romper la tregua al llevar a cabo nuevos bombardeos en respuesta a disparos que dejaron tres soldados israelíes muertos. Según informes palestinos, estos ataques han provocado un alto número de víctimas civiles, con 45 muertos el 19 de octubre y 104 el 28 del mismo mes, entre ellos casi 50 niños.
El 3 de noviembre, Israel volvió a lanzar una serie de bombardeos sobre la Franja de Gaza, los cuales, de acuerdo con la Defensa Civil palestina, dejaron al menos 30 muertos y decenas de heridos. El movimiento Hamás negó haber atacado a tropas israelíes y acusó al gobierno de Tel Aviv de violar deliberadamente el acuerdo de tregua. Además, el grupo anunció el aplazamiento de la entrega del cuerpo del rehén israelí Ofir Tzarfati, alegando dificultades logísticas para recuperar los restos.
El secretario general de la ONU ya había condenado con anterioridad las ofensivas israelíes en el enclave, las cuales —según su portavoz, Stéphane Dujarric— constituyen violaciones reiteradas del cese al fuego y han dejado más de 100 víctimas mortales, incluidos numerosos niños. Diversos analistas y medios internacionales consideran que los nuevos ataques suponen el fin definitivo de la tregua y el reinicio del genocidio contra el pueblo palestino, una acusación que ha cobrado fuerza ante el altísimo número de víctimas.
La situación humanitaria en Gaza se encuentra en su punto más crítico desde el inicio de la ofensiva israelí. De acuerdo con cifras del Ministerio de Salud de Gaza, consideradas fiables por Naciones Unidas, el conflicto ha dejado hasta la fecha 68.865 personas asesinadas, en su mayoría civiles. La comunidad internacional, encabezada por Guterres, advierte que la continuación de los bombardeos podría desencadenar una catástrofe humanitaria sin precedentes y pone en riesgo la estabilidad de toda la región del Medio Oriente.




