La Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos informó que recibió de las autoridades colombianas la confirmación de la muerte de siete menores reclutados por las disidencias de las Farc, durante una operación aérea realizada esta semana en Guaviare contra la estructura comandada por alias “Iván Mordisco”.
Según el comunicado difundido por la oficina que encabeza Scott Campbell, entre las víctimas hay tres niños y cuatro niñas que fueron impactados en medio de las hostilidades. Aunque la ONU reconoció que el operativo se dirigió contra un “objetivo militar legítimo” y que los menores eran víctimas de reclutamiento forzado, pidió al Estado colombiano fortalecer las medidas de protección para evitar que niños y adolescentes sean involucrados en la guerra.
La organización internacional también instó a las Fuerzas Militares a reforzar sus procesos de inteligencia antes y durante las operaciones, con el fin de reducir al máximo el riesgo para menores reclutados por grupos armados ilegales.
El presidente Gustavo Petro defendió la decisión de autorizar el bombardeo, argumentando que la acción buscaba evitar una emboscada contra soldados que se encontraban cercanos al campamento. El mandatario aseguró que, durante su gobierno, ha exigido siempre la mayor rigurosidad para prevenir la muerte de menores en operaciones militares y recordó que su apuesta por la paz tenía como propósito principal liberar a niños atrapados en el conflicto.
Sin embargo, Petro señaló que la operación se desarrolló en una zona selvática con información limitada y que, ante la inminencia de un ataque contra las tropas, decidió actuar para salvaguardar vidas. “En esas condiciones no había otro método para proteger a los soldados”, afirmó.




