La Asamblea General de Naciones Unidas aprobó una resolución sin precedentes para crear un tratado global que regule la protección de los océanos más allá de las zonas económicas exclusivas de los países. El objetivo es frenar la sobrepesca, la contaminación y la minería submarina.
El acuerdo ha sido celebrado por ambientalistas como un paso crucial para preservar la biodiversidad marina. Se espera que entre en vigor en 2026, y obligue a los países firmantes a establecer áreas protegidas en altamar y cumplir con cuotas de extracción sostenible.
