La Asamblea General de la ONU aprobó nuevas sanciones contra Corea del Norte debido a su reciente prueba de misiles balísticos intercontinentales. La resolución, respaldada por más de 100 países, busca aumentar la presión sobre el régimen norcoreano para que abandone su programa nuclear y de misiles. Las sanciones incluyen restricciones más severas en el comercio de armas y recursos, además de medidas que afectan las transacciones financieras internacionales del país.
Corea del Norte ha reaccionado con fuertes críticas, calificando las sanciones como un acto de agresión y una violación de sus derechos soberanos. El régimen de Kim Jong-un ha advertido que tomará medidas «determinadas» si las potencias extranjeras siguen interviniendo en sus asuntos internos. La comunidad internacional, sin embargo, considera que las sanciones son necesarias para mantener la seguridad global.
La resolución de la ONU refleja una creciente preocupación por la estabilidad en la región asiática y el impacto de las ambiciones nucleares de Corea del Norte. A pesar de la presión, se desconoce si estas sanciones lograrán detener el avance del programa armamentista del país.




