La Organización de las Naciones Unidas lanzó una seria advertencia sobre la creciente contaminación por mercurio en el río Atrato, en el Chocó, calificando la situación como una crisis ambiental y de derechos humanos.
Según el informe, la minería ilegal de oro ha provocado que toneladas de mercurio lleguen al cauce del río, afectando de manera directa a las comunidades afrodescendientes e indígenas que habitan en la región. Estas poblaciones dependen del agua del Atrato para su consumo, pesca y actividades agrícolas, por lo que la exposición prolongada a este metal pesado representa un riesgo grave para su salud y supervivencia.
El mercurio, al ingresar en la cadena alimenticia a través de los peces, genera consecuencias neurológicas, respiratorias y reproductivas, especialmente en niños y mujeres embarazadas. Expertos alertan que los niveles de contaminación detectados superan los límites seguros establecidos por organismos internacionales.
Además de los impactos en la salud humana, el ecosistema del Atrato se encuentra en peligro. La flora y fauna del territorio están siendo afectadas por la pérdida de calidad del agua, lo que amenaza la biodiversidad de una de las regiones más ricas y ecológicamente valiosas del país.
La ONU pidió al Estado colombiano intensificar los esfuerzos para frenar la minería ilegal, restaurar las áreas afectadas y garantizar el acceso a agua segura para las comunidades. También hizo un llamado a la cooperación internacional para implementar tecnologías limpias que permitan la recuperación ambiental del río y la protección de las poblaciones vulnerables.
El río Atrato, símbolo de la resistencia y vida en el Pacífico colombiano, continúa siendo un reflejo de los retos que enfrenta el país en la lucha por la justicia ambiental y la protección de sus recursos naturales.

