La tarde del domingo fue otra página gris en la complicada campaña de Once Caldas. El equipo manizaleño cayó 2-0 ante Llaneros en la fecha 16, y con ello se estancó en la casilla 13 con apenas 19 puntos. Lo más preocupante no fue solo el resultado, sino el pobre rendimiento colectivo y la ausencia de su máximo referente: Dayro Moreno.
El técnico Hernán Darío «El Arriero» Herrera afrontó este compromiso sin el delantero tolimense, quien no fue incluido en la convocatoria oficial. Aunque el club no se ha pronunciado oficialmente, fuentes cercanas al plantel aseguran que Dayro fue apartado por actos de indisciplina durante la semana. Su ausencia dejó un vacío evidente en ataque, tanto en experiencia como en generación de peligro.
Once Caldas dominó la posesión del balón (53%) e incluso remató más que su rival (8 remates frente a 6 de Llaneros), pero nuevamente mostró su mayor problema: la falta de contundencia. Solo dos disparos fueron al arco, y ninguno logró inquietar realmente al portero local. La ofensiva se vio desarticulada, sin ideas claras, y con un medio campo incapaz de conectar juego en profundidad.
El equipo de Herrera tampoco logró imponer condiciones desde lo físico o lo anímico. Llaneros, con menos posesión pero más convicción, marcó dos goles en apenas cuatro minutos del segundo tiempo (53’ y 57’), aprovechando desconcentraciones defensivas que han sido una constante en el blanco-blanco durante todo el torneo.
El contraste disciplinario también fue notorio. Once Caldas terminó el partido sin tarjetas, pero cometió 11 faltas que evidencian desespero más que agresividad táctica. Su único tiro de esquina en todo el partido, frente a los cuatro que generó Llaneros, también refleja la escasa presión que logró ejercer en terreno rival.
La figura de Hernán Darío Herrera comienza a estar en entredicho. Bajo su mando, Once Caldas ha sido irregular, errático en la toma de decisiones y vulnerable en los momentos clave. La falta de reacción táctica y la aparente fractura interna, evidenciada con el caso Dayro Moreno, hacen pensar en una crisis más profunda que trasciende lo futbolístico.
Con solo cuatro fechas restantes en la fase regular, Once Caldas necesita más que una remontada: requiere una reestructuración urgente en lo deportivo y lo disciplinario. La ilusión de clasificar se diluye jornada tras jornada, y con Dayro fuera y el equipo sin norte, el presente del ‘blanco-blanco’ es más preocupante que nunca.




