Ómar Ambuila, quien durante años ocupó un cargo clave en la Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales (DIAN) en el puerto de Buenaventura, fue condenado en Estados Unidos a 12 años y 7 meses de prisión por el delito de lavado de activos.
Ambuila facilitó el ingreso de mercancía ilegal a Colombia, manipulando los controles portuarios a cambio de pagos ilícitos que, según la justicia estadounidense, superaron el millón de dólares. Las investigaciones también revelaron nexos con organizaciones narcotraficantes, lo que agravó la magnitud del caso.
El escándalo cobró notoriedad pública cuando su hija, Jenny Ambuila, se volvió viral al mostrar en redes sociales una vida llena de lujos: viajes en jets privados, carros deportivos y artículos de alta gama, todo financiado por su padre con recursos de origen ilícito.
Desde Buenaventura hasta Miami, esta red de corrupción traspasó fronteras y evidenció cómo el crimen organizado se fortalece gracias a la complicidad de funcionarios públicos.
¿Cree usted que esta condena es suficiente para reparar el daño causado al país?
