El Olympique de Marsella dio un golpe de autoridad en la Ligue 1 al imponerse 1-0 sobre el Paris Saint-Germain en el clásico francés. Con un gol tempranero de Nayef Aguerd a los cinco minutos, el conjunto marsellés se quedó con una victoria que le devuelve protagonismo en la liga y que refuerza su identidad de equipo aguerrido frente a su histórico rival.
Desde el inicio, Marsella salió con una propuesta clara: intensidad en la presión y contundencia en las transiciones. El gol llegó tras una jugada bien trabajada en balón detenido, lo que puso en aprietos al PSG desde muy temprano. A partir de ahí, los locales se dedicaron a controlar los espacios y a resistir los embates de un adversario con mayores recursos ofensivos.
Aunque el rival dominó la posesión con un 68%, Marsella demostró que la eficacia está por encima de los números. Apenas necesitó seis remates para marcar la diferencia en un encuentro donde la defensa jugó un papel fundamental, con bloqueos y coberturas que neutralizaron las llegadas más peligrosas.
El público del Vélodrome celebró cada recuperación de balón como si fuera un gol, y el equipo respondió con disciplina y carácter. El esfuerzo colectivo permitió sostener el resultado pese a las estadísticas adversas, que reflejaron solo un 32% de posesión para los locales. Ese sacrificio fue la clave del triunfo.
Marsella también se destacó por su orden táctico, reduciendo al mínimo los espacios para que el rival pudiera conectar con claridad en el último tercio del campo. Cada intento fue frustrado con determinación, dejando claro que el trabajo defensivo puede ser tan valioso como cualquier ataque.
La victoria cobra aún más valor al considerar que PSG remató en 12 oportunidades y lanzó cuatro disparos directos al arco, todos sin éxito. Marsella respondió con un planteamiento pragmático y preciso, mostrando que con disciplina y concentración es posible superar a uno de los planteles más poderosos de Europa.
Con este triunfo, el Marsella se queda con algo más que tres puntos: gana confianza, alimenta su orgullo histórico y refuerza la ilusión de sus hinchas en la Ligue 1. El marcador de 1-0 quedará grabado como una muestra de resistencia, carácter y eficacia en un clásico que siempre despierta pasiones.
