En las últimas semanas, el departamento del Caquetá ha sido escenario de una inquietante tendencia: el hallazgo constante de cuerpos humanos en avanzado estado de descomposición. La situación preocupa a las autoridades y a las comunidades, que ven con alarma cómo este tipo de hechos se repite con frecuencia inusual. El caso más reciente ocurrió en Yurayaco, zona rural de San José del Fragua.
En una vivienda del caserío, fue encontrado sin vida un hombre identificado como Azael, conocido cariñosamente como “Chulo”. Vecinos, alertados por olores fuertes y la ausencia prolongada del hombre, ingresaron a la residencia y descubrieron el cuerpo, que presentaba signos claros de descomposición, lo que indica que llevaba varios días fallecido.
De inmediato, la comunidad notificó a las autoridades locales, que a su vez solicitaron la presencia del Cuerpo Técnico de Investigación (CTI) de la Fiscalía. Las causas del deceso no han sido establecidas, y se espera que los exámenes forenses determinen si se trató de una muerte natural o si existieron factores violentos. Mientras tanto, el lugar permanece acordonado para evitar la alteración de posibles evidencias.
Este caso se suma a otros reportados recientemente en diferentes municipios del Caquetá, donde el hallazgo de cuerpos en similares condiciones se ha vuelto constante. Aunque no todos están relacionados entre sí, la reiteración de estos sucesos ha generado preocupación ciudadana y presión para que las autoridades aceleren las investigaciones y determinen si existe algún patrón o vínculo.
En Yurayaco, la noticia causó tristeza y sorpresa. “Chulo” era recordado como un hombre tranquilo, que llevaba varios años viviendo en el caserío y que mantenía un trato cordial con sus vecinos. Algunos señalaron que su ausencia no generó sospechas inmediatas debido a que a veces pasaba días sin ser visto. Sin embargo, la forma en que fue encontrado ha conmocionado a todos.
