El Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia le informó al embajador francés en Moscú, Pierre Lévy, que la decisión de expulsar del país a funcionarios francesas es consecuencia de “la decisión provocativa y sin fundamento de declarar persona non grata a 41 funcionarios de las representaciones diplomáticas rusas en Francia”.
Moscú, por su parte, mostró gran preocupación entre la relación rusa-francesa debido a estas decisiones, las cuales causan daño en la comunicación, alianza y negocios entre ambas naciones.
La expulsión de diplomáticos rusos de Francia fue considerada una medida para perseverar la seguridad nacional y europea, ya que desde París se anunció que la decisión formaba parte de una iniciativa europea.
