En un giro inesperado que ha captado la atención de fanáticos y analistas por igual, Napoli se presenta hoy con una formación táctica poco habitual: un 4-1-4-1. El sistema promete ser una combinación de solidez defensiva y dinamismo ofensivo, una fórmula que el club del sur de Italia espera que les devuelva el protagonismo en la Serie A. Todos los focos estarán puestos sobre cómo los celestes interpretan este novedoso esquema en el terreno de juego.
El guardameta Alex Meret será el encargado de custodiar el arco, respaldado por una línea defensiva conformada por Giovanni Di Lorenzo, Sam Beukema, Alessandro Buongiorno y Luca Spinazzola. Esta defensa de cuatro promete equilibrio: Di Lorenzo aportará profundidad por derecha, mientras Spinazzola hará lo propio por la izquierda, buscando ensanchar el campo y ofrecer salidas limpias desde el fondo.
La clave táctica está en la posición de Billy Gilmour, el único mediocampista de contención puro, que funcionará como eje entre defensa y mediocampo. Su rol será vital: cortar las transiciones rivales y distribuir con criterio. Gilmour no solo actuará como escudo, sino también como lanzador en las transiciones rápidas que buscará Napoli cuando recupere el balón.
Por delante de Gilmour, se forma una línea de cuatro volantes ofensivos que dan forma al corazón creativo del Napoli. Eljif Elmas y Kevin De Bruyne serán los interiores con llegada, capaces de combinar en corto, filtrar pases o incluso probar desde fuera del área. A sus costados, Matteo Politano y Scott McTominay brindarán amplitud y profundidad, alternando entre desbordes y diagonales internas que buscan romper líneas.
El delantero solitario en este planteamiento es Rasmus Højlund. Su presencia como única referencia ofensiva no implica aislamiento, sino que su movilidad permitirá abrir espacios para las llegadas de segunda línea. Højlund será el punto de apoyo para los volantes, pivoteando de espaldas o arrastrando marcas con sus desmarques en profundidad.
Este 4-1-4-1 marca una ruptura con los sistemas anteriores que priorizaban doble pivote o formaciones más tradicionales como el 4-3-3. La disposición actual busca mayor control del balón en campo rival y una presión alta constante que permita recuperar rápido. La presión coordinada de los cuatro mediocampistas ofensivos será crucial para asfixiar al rival en salida.
Napoli apuesta por una identidad de juego más moderna, basada en la superioridad numérica en el mediocampo y la movilidad constante. Hoy no solo se juega un partido más de Serie A, sino que se pone a prueba un modelo táctico que podría marcar el futuro inmediato del club. Todo dependerá de la ejecución y la capacidad del equipo para adaptarse a esta nueva filosofía que promete espectáculo y resultados.





