Millonarios confirmó este lunes la salida de David González como director técnico, luego de la derrota 1-2 ante Unión Magdalena en El Campín. El revés en el arranque del torneo Clausura precipitó la decisión de la dirigencia, que venía evaluando el desempeño del estratega desde el semestre anterior.
La relación entre González y el club se fue deteriorando con el paso de las jornadas. Aunque el entrenador llegó con el objetivo de potenciar a los jóvenes y darle un estilo ofensivo al equipo, los resultados no lo acompañaron y la presión de la hinchada se volvió insostenible. La derrota frente al conjunto samario fue la gota que rebosó la copa.
Los números respaldan la decisión de la dirigencia: Millonarios perdió efectividad en ataque, sufrió desconcentraciones defensivas y mostró dificultades para cerrar partidos claves. En el último semestre, el equipo quedó por fuera de la pelea por el título y ahora comenzó con el pie izquierdo el nuevo campeonato.
Desde la tribuna, la afición dejó en claro su descontento. Tras la caída en El Campín, los hinchas no solo entonaron cánticos de protesta, sino que incluso arrojaron zapatos hacia la cancha como símbolo de rechazo. La imagen recorrió las redes sociales y reflejó la tensión que se vive alrededor del club.
González, por su parte, se despidió agradeciendo la oportunidad y destacando la entrega de los jugadores. Sin embargo, reconoció que los resultados no fueron los esperados y que el fútbol suele ser implacable en ese aspecto. El estratega caleño ahora evaluará su futuro mientras se toma un respiro de la presión que implica dirigir a un equipo grande.
La salida deja a Millonarios en una encrucijada. La dirigencia deberá decidir rápidamente quién asumirá el banquillo para encarar las próximas jornadas, en las que el club necesita recuperar confianza y resultados. Nombres de técnicos nacionales y extranjeros ya comienzan a sonar en el entorno embajador.
El final del ciclo de David González marca un nuevo capítulo en la historia reciente de Millonarios, que deberá recomponer su camino en medio de la incertidumbre. La exigencia de la hinchada no da margen de error, y el reto para el próximo entrenador será inmediato: devolverle al equipo el protagonismo y el carácter que exige la camiseta azul.


