El acceso al agua potable sigue siendo un desafío en muchas regiones de Colombia, donde la falta de infraestructura y los retrasos en la construcción de acueductos afectan a miles de ciudadanos. Aunque en los últimos años se han impulsado proyectos para mejorar la cobertura, múltiples obstáculos han impedido su finalización.
Factores como la corrupción, la falta de planificación, la complejidad geográfica y la escasez de recursos han convertido la construcción de acueductos en un proceso lento y problemático. En departamentos como La Guajira, Chocó y algunos sectores de los Llanos Orientales, comunidades enteras siguen dependiendo de fuentes de agua no seguras, exponiéndose a enfermedades y dificultades para el desarrollo económico.
Las autoridades han anunciado nuevas estrategias para acelerar la ejecución de estos proyectos, pero la población afectada sigue a la espera de soluciones concretas. Mientras tanto, organizaciones comunitarias y ONG han tomado la iniciativa con soluciones alternativas, como plantas potabilizadoras y sistemas de recolección de agua lluvia, en un intento por mitigar la crisis.
El desafío de garantizar el acceso al agua potable en Colombia sigue siendo una deuda pendiente, y expertos advierten que sin una gestión eficiente y transparente, la brecha hídrica seguirá afectando a miles de familias en todo el país.
