Piendamó (Cauca) vive un nuevo episodio de tensión entre autoridades municipales y contratistas por los retrasos en obras clave para el municipio. El pasado 26 de noviembre, el alcalde Jhon Freiman Urrutia lideró una reunión con la comunidad para exigir avances inmediatos en la pavimentación del barrio Amagá, la vía del sector El Milagroso y la entrada al hospital local.
Durante el encuentro, el mandatario instó al contratista, a la firma interventora y a la institución contratante a presentar un cronograma verificable de ejecución, advirtiendo que, de no cumplirse, la Alcaldía iniciará acciones legales. “El progreso de nuestro municipio no puede esperar”, afirmó, enfatizando la afectación que los retrasos tienen sobre movilidad, seguridad y calidad de vida de los habitantes.

Sin embargo, la polémica no solo apunta a los contratistas. Vecinos y líderes comunitarios han cuestionado la gestión del propio alcalde, señalando que el retraso en las obras refleja problemas de planeación, supervisión y transparencia desde la administración municipal. Varias intervenciones, presupuestos y licitaciones anteriores han sido señaladas por demoras inexplicables, lo que ha generado desconfianza en la población.
El caso ha abierto un debate sobre la eficacia del gobierno local y la capacidad de la Alcaldía para garantizar cumplimiento en proyectos estratégicos. Mientras la comunidad exige soluciones inmediatas, la presión aumenta sobre el alcalde Urrutia para demostrar que puede liderar obras públicas con responsabilidad y eficiencia, y no solo con anuncios mediáticos.
La situación deja claro que, más allá de exigir cumplimiento, el Ejecutivo municipal deberá enfrentar cuestionamientos sobre su propia gestión administrativa y capacidad de liderazgo.




