Rosa Elena Célix Guañarita, de 37 años, fue asesinada en el municipio de San Pablo, sur de Bolívar. La mujer, residente en Santa Rosa del Sur, había viajado ese día para reunirse con varios amigos en un establecimiento de venta de licores conocido como Brisas del Mirador.
Mientras estaba sentada, un sicario se acercó por la espalda y le disparó dos veces a quemarropa, acabando con su vida en el acto.
Célix era reconocida por su labor como líder social y se desempeñaba como vicepresidenta de la Asociación de Víctimas del Corregimiento Guayacanes, en Santa Rosa del Sur. Sus allegados relacionaron de inmediato el crimen con la presencia de grupos al margen de la ley en la región, señalando que su liderazgo podría haberla convertido en blanco de estos actores armados.
Tras el asesinato, la Policía del Magdalena Medio ha identificado a los presuntos responsables y los ha incluido en el cartel de los más buscados de la región. Las autoridades ofrecen una recompensa de hasta 500 millones de pesos por información que permita localizar y capturar a los cinco sospechosos implicados en el caso.
Este trágico hecho resalta la peligrosa realidad que enfrentan los líderes sociales en Colombia, especialmente en regiones azotadas por el conflicto armado y la presencia de grupos ilegales. Las investigaciones avanzan mientras la comunidad exige justicia y garantías para la protección de los derechos humanos en la zona.
