El municipio de Mercaderes sigue avanzando en su meta de iluminar tanto la cabecera como sus zonas rurales, con el liderazgo del alcalde Edilson Gómez Balanta. El proyecto de alumbrado público, que hace parte del compromiso de la actual administración, busca no solo embellecer los espacios, sino también garantizar más seguridad y calidad de vida para las familias.
En esta nueva jornada, los trabajos se extendieron hacia las veredas El Bado, San Juanito, Buenos Aires y Pueblo Nuevo, donde se instalaron y repararon luminarias, atendiendo una de las peticiones más sentidas de las comunidades. De igual manera, en la plaza Juan Montón se efectuó el cambio de luces, transformando este lugar emblemático en un espacio más agradable y seguro para quienes lo visitan en horas de la noche.
La comunidad reconoció el trabajo de Giovani Ojeda, conocido popularmente como “el mago de las alturas”, por su entrega y compromiso en la instalación y mantenimiento del alumbrado. Gracias a su esfuerzo y dedicación, cada rincón intervenido empieza a brillar con nueva energía, generando confianza y bienestar entre los habitantes.
El concejal Omar Gómez también ha sido parte fundamental de este proceso. Su acompañamiento constante ha permitido escuchar de primera mano las necesidades de los pobladores y respaldar la gestión de la administración municipal. Estar presente en el territorio, junto a las comunidades, ha sido clave para consolidar la confianza ciudadana y asegurar que el alumbrado llegue a los sectores que más lo necesitan.
El alcalde Edilson Gómez Balanta señaló que la meta es alcanzar cobertura total en el alumbrado, de manera que tanto en la zona urbana como en las veredas, la población pueda disfrutar de calles y espacios comunitarios iluminados. “Trabajamos para que Mercaderes sea un municipio seguro, donde la vida nocturna pueda desarrollarse sin temores y la gente se sienta orgullosa de su territorio”, expresó.
Con este avance, Mercaderes reafirma su apuesta por un desarrollo integral que combina obras visibles con el fortalecimiento del tejido social. El alumbrado público se convierte así en un símbolo de progreso y unión comunitaria, demostrando que cuando se suman esfuerzos entre administración, concejo y habitantes, los resultados se ven reflejados en un municipio que brilla cada vez con más fuerza.


