Un dirigente activo en la política regional genera diversas reacciones
El abogado Alex Mauricio González fue designado como nuevo registrador del Estado Civil en el municipio de Rivera, Huila. Su nombramiento ha generado diversas reacciones en el ámbito político local debido a su trayectoria y conexiones con distintos sectores. González, quien ha sido un dirigente activo en la política regional, ha militado en diferentes partidos y trabajado en administraciones públicas. Su llegada a la Registraduría ha sido respaldada por el presidente del Consejo Nacional Electoral, Álvaro Hernán Prada, además de contar con el visto bueno de Cambio Radical y otras fuerzas políticas. En los próximos días, asumirá formalmente sus funciones tras completar los trámites administrativos correspondientes.
Un político de múltiples facetas
La carrera política de Alex Mauricio González ha estado marcada por su tránsito por diversas colectividades y su cercanía con figuras influyentes. Inició en el partido Liberal, donde aspiró a la Asamblea del Huila. Posteriormente, su independencia política le permitió desempeñar roles estratégicos en la administración municipal de Neiva, donde trabajó como asesor del exalcalde y fue designado como representante en la empresa de alumbrado público. Su ascenso en el ámbito público le permitió ocupar un cargo directivo en esta entidad, consolidando su experiencia en gestión y administración.
En los últimos años, González ha fortalecido su relación con el excongresista Álvaro Hernán Prada, líder del Centro Democrático en la región. Este vínculo ha sido determinante para su designación en la Registraduría, dado que Prada ha sido un actor clave en las decisiones políticas locales. Su cercanía con distintos sectores políticos ha generado tanto respaldo como críticas, especialmente por la forma en que ha cambiado de alineación partidista en distintas etapas de su carrera.
Impacto y controversia
El nombramiento de González ha provocado reacciones encontradas en el panorama político regional. Mientras algunos sectores destacan su experiencia en la administración pública y su conocimiento del proceso electoral, otros cuestionan su constante movilidad entre distintas fuerzas políticas, señalándolo como un “camaleón político”. Este aspecto ha generado dudas sobre su imparcialidad en un cargo clave para la democracia local.
La comunidad de Rivera y actores políticos de la oposición estarán vigilantes ante su gestión, especialmente en un año preelectoral donde la transparencia y neutralidad de la Registraduría son fundamentales. La preocupación radica en que su cercanía con ciertos líderes políticos pueda influir en decisiones administrativas y operativas de la entidad.
Por ahora, González enfrenta el reto de demostrar que su designación responde a criterios de capacidad y no solo a acuerdos políticos. La expectativa es que garantice un proceso electoral transparente y equitativo, donde prime la institucionalidad sobre los intereses partidistas.




