La Organización Meteorológica Mundial confirmó que el planeta alcanzó su temperatura media anual más alta jamás registrada, con un promedio global de 15,3°C durante el último año. El aumento ha sido atribuido tanto a los efectos del fenómeno de El Niño como al impacto persistente del cambio climático generado por la actividad humana.
Este nuevo hito ha encendido alarmas en la comunidad científica, que advierte sobre la intensificación de fenómenos climáticos extremos, como olas de calor, sequías prolongadas e incendios forestales. Naciones Unidas ha reiterado su llamado urgente a que los países industrializados reduzcan sus emisiones de carbono y aceleren la transición energética.
