Durante la Climate Week en Nueva York, la vicepresidenta ejecutiva de la Comisión Europea, Teresa Ribera, informó que la UE finalizará dentro de pocas semanas su nuevo objetivo ambiental, pese a las divisiones internas que han retrasado la puesta en común. El anuncio se espera antes de la COP30 en Brasil.
Bruselas / Nueva York, septiembre de 2025.
En el marco de la Climate Week en Nueva York, Teresa Ribera, vicepresidenta ejecutiva de la Comisión Europea, anunció que la Unión Europea tiene listo un nuevo objetivo climático que será formalizado dentro de unas semanas.
Este nuevo compromiso busca actualizar las metas de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero para 2035-2040, con miras a alinear los esfuerzos de los países miembros con las exigencias más recientes en relación al cambio climático. Ribera señaló que retrasar las acciones climáticas ya no es una opción, pues no solo se trata de preservar el medio ambiente, sino también de asegurar estabilidad social y económica.
Desafíos y tensiones internas
- Hay desacuerdos importantes entre estados miembros de la UE sobre cuánto debe subir la ambición: países como Francia o Polonia han expresado reservas ante metas muy exigentes que podrían afectar industrias sensibles.
- La aprobación de este nuevo objetivo está pendiente de consenso político en la cumbre de la UE el 23 de octubre, donde se espera definir la versión final.
Importancia y contexto internacional
- Este objetivo climático será un parteaguas para la posición de la UE en la próxima COP30, que se celebrará en Brasil, donde se espera que los países más grandes y emisores actualicen sus compromisos.
- Se considera clave por su rol de liderazgo global, dado que la UE ha sido tradicionalmente uno de los bloques más activos en políticas climáticas. Un objetivo firme reforzará su credibilidad.
- También se relaciona con la presión de otros actores domésticos e internacionales, como inversionistas, ONG y países vulnerables al cambio climático, que solicitan medidas urgentes y concretas.
La próxima meta que la UE definirá será crucial no solo por lo que implica para su propia política interna, sino por su influencia global frente al cambio climático. Si logra superar sus divisiones internas, puede presentarse como un liderazgo renovado. Sin embargo, los compromisos deberán ir acompañados de acciones reales para que no se quede solo en promesa.




