Nuevo liderazgo genera nuevas dudas.

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El nombramiento de Euclides Rivera Murillo como presidente y Cayo Nixon Rincón Velandia como vicepresidente de la junta directiva de la Cámara de Comercio de Tunja refleja una gestión que, a pesar de su relevancia regional, parece atrapada en dinámicas que limitan su potencial transformador.

Uno de los principales problemas radica en el modelo de elección anual para los cargos directivos, que dificulta la continuidad de proyectos estratégicos. Este sistema, diseñado para promover la participación democrática, termina favoreciendo liderazgos de corto plazo que priorizan intereses inmediatos sobre objetivos de largo alcance. En un entorno económico que exige planificación sostenida, este tipo de rotación frecuente amenaza con perpetuar un esquema administrativo poco efectivo.

Aunque Rivera Murillo cuenta con experiencia destacada en el sector agropecuario, su perfil técnico podría no ser suficiente para liderar una entidad que agremia a comerciantes y empresarios de sectores diversos. La Cámara de Comercio de Tunja necesita un liderazgo que trascienda las capacidades gremiales específicas para abordar retos globales como la digitalización del comercio, la formalización empresarial y la competitividad en mercados más amplios. El enfoque sectorial de Rivera, aunque valioso, no parece alinearse con estas necesidades integrales.

El proceso de elección también deja en evidencia divisiones internas en la junta directiva. La votación ajustada que definió la vicepresidencia de Rincón pone de manifiesto una falta de consenso que podría traducirse en decisiones fragmentadas y falta de cohesión estratégica. En una institución que representa los intereses de 71 municipios de Boyacá, esta falta de unidad podría ser un obstáculo para avanzar en proyectos clave para la región.

Además, la estructura organizacional de la Cámara, que parece operar bajo dinámicas tradicionales y poco innovadoras, plantea dudas sobre su capacidad para adaptarse a los desafíos modernos. La ausencia de una visión renovadora en su dirección podría limitar su capacidad de impactar positivamente el desarrollo económico regional, dejando rezagados a los comerciantes y empresarios que dependen de su gestión para avanzar en mercados cada vez más competitivos.


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