
La milicia islamista HTS está constituyendo un nuevo gobierno en Siria, sin embargo, su categorización como organización terrorista dificulta las relaciones internacionales de Damasco.
¿Esperanza para Siria o terroristas violentos? El movimiento insurrecto Hayat Tahrir al Sham (HTS), que encabezó el ataque contra el dictador depuesto Bashar al Asad, divide a los sirios tanto en el interior como en el exterior del país.
HTS juró no aplicar su política islamista al país, sin embargo, las imágenes del primer ministro provisional, Mohammed al Bashir, alertaron a todos: se pueden observar en sus espaldas la bandera verde y negra de la revolución siria, junto con una bandera con una frase islámica, similar a la que se encuentra en la bandera de Arabia Saudita y que también ha sido empleada por grupos extremistas y los talibanes en Afganistán.
Según las políticas que el nuevo gobierno de transición pueda establecer, surge la cuestión de si la milicia debe continuar siendo considerada una organización terrorista.
Históricamente, HTS ha estado asociada a grupos extremistas como Al Qaeda y el Estado Islámico (EI), razón por la cual Estados Unidos la categoriza como una «organización terrorista foránea». El Reino Unido, por otro lado, la clasifica como una «organización terrorista proscrita».
Por otro lado, la Unión Europea cuenta con dos listas que penalizan a organizaciones terroristas. Un representante de Exteriores aclaró a DW que en la lista autónoma de la UE, el grupo HTS no se categoriza como terrorista.
No obstante, en la segunda lista, fundamentada en la posición de la ONU, se considera que el HTS forma parte de una organización sancionada. El portavoz añade que si la ONU eliminase a HTS de esa lista, Bruselas también actuaría de la misma manera.




