El gobierno francés enfrenta críticas tras revelarse que varias agencias de inteligencia habrían espiado a periodistas y políticos opositores mediante software de vigilancia ilegal. La investigación fue publicada por un consorcio de medios europeos y apunta a un uso sistemático de tecnología de interceptación sin control judicial.
El presidente Emmanuel Macron ordenó una revisión inmediata de los protocolos de vigilancia, mientras que la Fiscalía de París abrió una investigación formal. Organizaciones como Reporteros Sin Fronteras han exigido transparencia y garantías para la libertad de prensa. El escándalo amenaza con erosionar aún más la confianza en las instituciones.
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