Un denunciante anónimo e integrante de la CIA ha hecho la dramática acusación de que seis analistas de la entidad fueron sobornados para rechazar la teoría de que el COVID-19 fue el resultado de una filtración de un nuevo coronavirus relacionada con la investigación. La acusación fue rechazada enérgicamente en una declaración de la CIA publicada horas después.
Hasta ahora, la mayoría de las agencias de inteligencia estadounidenses han concluido que la pandemia de COVID-19 probablemente comenzó cuando el SARS-CoV-2 saltó de un animal infectado a las personas. El mercado público en Wuhan, China, ha recibido intensa atención por parte de los investigadores como fuente potencial.
Pero hasta ahora el Departamento de Energía y el FBI han favorecido la llamada hipótesis de la fuga de laboratorio, aunque ninguna de las agencias ha expresado mucha confianza en sus conclusiones sobre el origen del COVID–19. Según los informes, la CIA, por ejemplo, había dicho que era “incapaz de determinar” si el SARS-CoV-2 saltó directamente de los animales a los humanos o provino de un laboratorio.
Ahora, el representante Brad Wenstrup, que preside el Subcomité Selecto de la Cámara de Representantes sobre la Pandemia de Coronavirus, dice han escuchado el testimonio de un denunciante “que se presenta como un alto funcionario altamente creíble, un Oficial de nivel de la CIA”.
Según el comunicado de prensa, el denunciante testificó que sólo el analista de mayor rango de un equipo de siete miembros de la CIA que investigaba el origen del COVID–19 apoyaba la teoría de la transmisión de origen animal. El denunciante alegó que los otros seis miembros del equipo que apoyaban el origen del laboratorio recibieron «un importante incentivo monetario para cambiar su posición«, escribieron Wenstrup y el representante Mike Turner, quien preside el panel de inteligencia.
Que dice la CIA
Al respecto, la directora de Asuntos Públicos de la CIA, Tammy Kupperman Thorp, cuestionó el relato del denunciante: “En la CIA estamos comprometidos con los más altos estándares de rigor analítico, integridad y objetividad. No pagamos a los analistas para que lleguen a conclusiones específicas. Nos tomamos muy en serio estas acusaciones y las estamos investigando. Mantendremos adecuadamente informados a nuestros comités de supervisión del Congreso”, escribió en el comunicado de la agencia.
Finalmente, algunos investigadores han revelado cómo cooperaron con algunas de las agencias de inteligencia. El biólogo evolutivo Kristian Andersen de Scripps Research y el virólogo Robert Garry de la Universidad de Tulane, coautores de estudios que respaldan el origen animal, testificaron ante el comité de Wenstrup, que se reunieron con agentes de la CIA que investigaban el origen del COVID–19 en los últimos años. Andersen dijo que «varios científicos formaban parte de su equipo y sabían lo que hacían». Afirma que la nueva acusación del denunciante “obviamente es una mentira”.
Este hecho pone en tela de juicio lo que sabemos acerca del origen de la pandemia, por lo tanto, las autoridades e investigadores presentarán en la próxima semana nuevos avances sobre este caso.