Un brutal homicidio volvió a ensangrentar las calles de Soacha la noche del miércoles 28 de mayo cuando un conductor de transporte informal fue encontrado ejecutado al interior de su vehículo en el sector de Ciudad Verde, evidenciando la escalada de violencia que tiene aterrorizados a los transportadores del municipio.
Este nuevo asesinato se suma a la crisis de seguridad que azota a los conductores informales de Soacha, quienes han convertido sus vehículos particulares en fuente de sustento para suplir las enormes necesidades de transporte que el sistema público no logra cubrir en el municipio más poblado de Cundinamarca.
La extorsión sistemática contra transportadores informales se ha convertido en una industria criminal que cobra vidas de manera regular, donde negarse a pagar las «vacunas» exigidas por grupos delincuenciales puede significar una sentencia de muerte para trabajadores que solo buscan el sustento diario.
Los conductores de Soacha viven en estado de terror permanente ante las amenazas constantes de bandas criminales que han identificado en el transporte informal una fuente de ingresos fácil mediante la intimidación y el asesinato selectivo de quienes se resisten a sus cobros.
Mientras las autoridades municipales desarrollan investigaciones que rara vez llegan a resultados concretos, los transportadores informales continúan exponiéndose diariamente a una ruleta rusa donde cada carrera puede ser la última, convirtiendo una actividad laboral legítima en una profesión de altísimo riesgo mortal.
