El pasado viernes 14 de marzo, el Colegio Alemania Unificada sede A fue escenario de un hecho que ha conmocionado a la comunidad educativa. Una estudiante de entre 15 y 16 años denunció haber sido víctima de abuso sexual en los baños de la institución. Según su relato, dos hombres que realizaban trabajos de mantenimiento la siguieron, la arrinconaron y la tocaron contra su voluntad. Este caso ha generado indignación y preocupación entre padres, estudiantes y docentes, quienes exigen acciones inmediatas.
Ante la gravedad de los hechos, se activó el código blanco, un protocolo de emergencia diseñado para responder a situaciones de violencia sexual en entornos educativos. Las autoridades escolares y distritales han iniciado una investigación para identificar y sancionar a los responsables. Además, se ha brindado apoyo psicológico a la víctima y su familia, mientras se refuerzan las medidas de seguridad en el plantel.
Edwin Ussa, Jefe de la Oficina para la Convivencia Social, se pronunció sobre el caso, destacando la importancia de garantizar la seguridad de los estudiantes. «Estamos profundamente preocupados por lo ocurrido. La integridad de nuestros niños, niñas y adolescentes es una prioridad, y trabajaremos para fortalecer los protocolos de prevención y respuesta ante este tipo de situaciones», afirmó Ussa. También hizo un llamado a la comunidad para denunciar cualquier acto de violencia.
Entre las medidas anunciadas se encuentra el refuerzo de la vigilancia en los colegios, especialmente en áreas como baños y zonas poco transitadas. Además, se revisarán los protocolos de ingreso de personal externo a las instituciones. También se implementarán talleres de prevención y autocuidado dirigidos a estudiantes, docentes y padres de familia, con el objetivo de fomentar una cultura de denuncia y protección.
La comunidad educativa ha reaccionado con preocupación y exigencia de justicia. Padres de familia y estudiantes han organizado marchas y reuniones para demandar acciones concretas que garanticen la seguridad en los colegios. «No podemos permitir que nuestros hijos e hijas estén en riesgo en espacios que deberían ser seguros», expresó una madre de familia durante una reunión convocada por la asociación de padres del colegio.
Este caso ha puesto en evidencia la necesidad de fortalecer las medidas de seguridad y prevención en las instituciones educativas. Las autoridades han asegurado que continuarán trabajando en coordinación con la comunidad para garantizar que los estudiantes puedan desarrollarse en un entorno libre de violencia. Mientras tanto, el caso sigue bajo investigación, y se espera que se tomen acciones ejemplarizantes contra los responsables.
