El sector turístico en América Latina se prepara para una transformación profunda de cara al 2026, marcada por nueve tendencias clave que ya están redefiniendo el modo en que viajamos. Entre los cambios destacados figura la evolución del modelo “todo incluido”, que ahora suma experiencias personalizadas, gastronomía local y bienestar, en lugar de centrarse únicamente en el descanso.
Otra tendencia relevante es el auge del turismo vinculado al deporte y la cultura: los viajes motivados por grandes eventos y experiencias inmersivas —más que puramente pasivos— están ganando terreno.
La conectividad y la tecnología también juegan un papel central: desde servicios digitales antes y durante el vuelo hasta escalas diseñadas como mini‐destinos, la innovación está abriendo nuevas rutas de viaje.
Asimismo, los viajeros latinoamericanos buscan autenticidad, sostenibilidad y coherencia entre lo que se promete y lo que se vive. Las experiencias que generan conexión, tanto con el lugar como con las personas, se vuelven vitales.
El concepto de lujo también está cambiando: ya no es sólo alojamiento o servicios de alto nivel, sino experiencias exclusivas, culturales y transformadoras.
En resumen, para 2026 viajar en América Latina significará más que visitar destinos: será una búsqueda de inmersión, personalización y significado. Las agencias, hoteles y aerolíneas están rediseñando su oferta para alinearse con este nuevo perfil de viajero.



